Dulces Sueños!!

Cortesía del Guardián del Baúl A diferencia del resto de los niños (o por lo menos la mayoría) los “MONSTERS” de mi infancia, y aún actualmente, son básicamente dos: El primero, “el conejito play de la televisión: el inigualable Boggs Bony” y el segundo, un verdadero monstruo realmente, mi profesora de religión durante todo, léase bien, todo el bachillerato, “Jesusita” (ese es su nombre, no me estoy burlando)… en realidad por razones varias, entre ellas por el más peligroso de los sueños… Yo caminaba en un maravilloso prado, estilo paisaje de los LunnyTonns, tomaba el sol, me bañaba en la laguna, a veces el estúpido conejo se me acercaba, charlábamos agradablemente, se retiraba y yo tenía un sueño relajado, tranquilo y sereno, un sueño de niño!!! Pero una noche, mientras soñaba, caminaba por esos hermosos prados, cuando de repente el tal boggs pega un silbido, yo miro y él está levantando su mano derecha con la que sostiene una estaca de madera y saluda, sonríe, me señala una gran piedra redonda, lo miro y una chispa de maldad asomó a sus ojos, una sonrisa perversa, corrió hasta la piedra, enterró la estaca en el suelo junto a la roca, empuja y ríe… La piedra corre y corre… detrás de mí. Y empieza la carrera, yo adelante, la piedra ruede y ruede a pocos metros detrás de mí, el paisaje se repite una y otra y otra y otra vez, el dolor en los pies es insoportable… Los árboles desaparecen justo detrás de mí y estoy en pleno desierto y corra y corra que la piedra viene detrás de mí, y sigue y sigue y sigue y no deja de perseguirme y el dolor aumenta, la angustia de ser aplastado, la adrenalina en mis venas, el miedo, el terror, la angustia… y un campo de piedras y sigo corriendo y sigo corriendo y corriendo y la roca me sigue, ha crecido un poco en tamaño, se ve más aterradora… y luego siento liso el suelo y gruesas líneas negras aparecen horizontales en mi camino y la roca sigue y sigue y sigue y las líneas se vuelven cada vez más delgadas y se acercan una más a la otra y la roca sigue, y el suelo cada vez más duro, pero inestable se vuelve frío y las líneas negras ya delgadas, muy delgadas, separadas ya por una constante distancia y la roca detrás de mí, y la roca detrás de mi, y la roca detrás de mí, y noto que corro sobre las hojas de un cuaderno, y la roca detrás de mí, me persigue, me sigue, me aterra… miro hacia al frente y veo el final del cuaderno (de esos cuadernos de 100 hojas, grapados, de tienda) y corro y corro y corro y miro hacia atrás, la roca a desaparecido, y sigo corriendo por no saber qué hacer, veo a lo lejos el final de una mesa (el cuaderno está sobre una mesa de colegio), alguien lo levanta… la tal jesusita… levanta el cuaderno, me mira con una sonrisa tierna, pienso “carajo ahora me toca estar agradeciéndole la vida a cada momento” la más miserable, vil y extraña sonrisa entre sus labios, odio, maldad… Y cierra el cuaderno… Cierra el cuaderno me aplasta... y me despierto!!