La existencia o no de Dios es un hecho que va ligado a la necesidad, cuando necesitamos un Dios, creemos en uno; y en la mayoría de los casos preferimos pensar que ese ser que ha empezado a existir para nosotros, acepta sin ningún reproche nuestros exagerados cambios de ideologías.
Dios, (que no es un nombre, sino un título por ser “superior”) es simplemente un producto obtenido de la maravillosa mente humana a fin de solidificar aquellos principios morales que son “mal” llamados por algunos como objetivos, a fin de gobernar.
Jesucristo, es considerado su hijo porque su vida fue, es y será siempre un ejemplo para el resto de los humanos, pues fue un hombre que aparentemente se dio el lujo de no experimentar sentimientos negativos, además de que él mismo lo decía, pero y su condición de humano?
En todo caso, y sin querer herir susceptibilidades, tengo que decir que si aceptara la existencia de Dios tendría que pensar que Jesús es realmente su hijo, pues en ese sentido, es una condición de obligatorio cumplimiento, evento que no se presenta en el caso contrario pues la existencia de Jesús es un hecho pasado en el que creemos sin necesidad de pruebas, pero que no supone la existencia de un ser superior aunque deja al descubierto el fracaso de su “padre”, pues fue enviado al mundo con la misión “salvarnos del pecado”, y bastaría leer algunos blogs para darnos cuenta que no lo consiguió.
Sin embargo, negar la existencia de Dios, es algo que ningún mortal debe hacer, pues es un dogma que existe no solo en la mente de un hombre, sino en toda una ideología y modos de vida de millones de hombres, y que ejerce influencia sobre ellos.
Pienso además que no podríamos desligar los sujetos Dios – Iglesia, pues ésta última es su representación en la tierra y sus acciones serán siempre avaladas por él, pues en el caso contrario, habría hecho algo para impedirlo, sería ilógico pensar que después de haber conquistado al mundo entero con un mensaje sincero de amor y paz, pagando con la vida de sus pensantes hijos, dejaría todo en sus manos para ver luego una destrucción más descomunal.
Afortunadamente, las ideologías son algo realmente subjetivo y considero que sí existe un fuerza superior que mueve al mundo, una fuerza que sólo con agitarse es capaz de revelar los más extremos instintos, una fuerza capaz de hacerte sentir que te derramas sobre el mundo para dedicarte a existir por otras personas, y esa fuerza es el amor, de todas las clases, de todas la formas, el amor, desde cualquier punto de vista, es la única fuerza reveladora del mundo. Todos sabemos qué somos capaces de hacer cuando odiamos a alguien, pero no sabemos qué somos capaces de hacer por amor.
Cuando lo que nos sobra es amor para brindar, el resto de las cosas, además de sobrar, empiezan a perder valor afectivo, estaría de más decir que de amor no vive la gente.
Ahora bien, el problema que surge, es por su naturaleza, subjetivo, ya no se trata de estar de acuerdo o no, sino de qué tan desarrollada está nuestra capacidad de amar y qué tan fácil es para nosotros conocer íntimamente a las personas que nos rodean, y sin depender de ellos, seguir amándolos.
Sólo el amor nos permite perdernos en una simple mirada, sólo cuando amamos, el resto del mundo desaparece y encontramos por fin la felicidad. |