...si un baobab no se coge a tiempo, ya no es posible librarse de éll jamás. Obstruye todo el planeta. Lo perfora con sus raíces. Y si el planeta es demaciado pequeño y los baobabs demaciado grandes, lo hacen estallar.

Si se quiere llegar a se una buena vìctima

es necesario saber de toda la dulzura

que entrelaza al verdugo con la muerte

de la paciencia con que afila su hacha

de la soledad que ilumina su vida

y la de sus inocentes hijos

del esfuerzo que implica portar y levantar el arma

de la sangre que pringa sus pantalones.

Todas estas consideraciones deben estar presentes

en el momento de recoger nuestro pelo sobre la nuca

y poner en sus manos el pescuezo.

Thursday, March 16, 2006

La Partida De Aldaron!!!

Valaróma sonó aquella tarde como nunca lo había hecho, el canto del cuerno, por primera vez, entristecía las cosas bellas que lamentaban su partida, mientras el ascenso del sol iba envuelto en una pesada sombra gris y las montañas respondían con ecos prolongados.

Todos los habitantes del gran bosque de Fangorn estaban presentes, - es hora de mi partida, anunció el valar, mientras algunas lágrimas recorrían su rostro y un nudo de desilusiones atravesaba su garganta, debo regresar a Válinor y a mi tierra amada no volveré.

Los Ents rugieron y el viento entristeció por completo, Khouly y Ramaviva, aún sin entender, dieron varios pasos al frente y en su lenguaje preguntaron: - Oromë, pero quién cuidará de nosotros, Fangorn no podrá existir sin la gracia de Aldaron. A lo que el valar respondió, no te preocupes retoño de mis pensamientos, que mientras yo siga existiendo, valaróma cantará el nacimiento del sol y una espesa alegría llenará el alma de todos ustedes, nunca dejarán de ser bellos y amados, solo te pido querida ent, que tú y tus retoños y los retoños de tus retoños conserven la vida del bosque. Y ahora, dijo dirigiéndose a ramaviva, muéstrame el camino que tomó mi señora. Y así, Aldaron, el domador de bestias emprendió su camino de regreso a Válinor.

Siguieron algunas leguas río arriba, el ent y el valar, Nahar los seguía, dando también el último adiós. El camino pareció despejarse y luego de varios pasos, una colina desnuda asomó ante sus ojos y en la cumbre, Fimbrethil, siembre alta, firme, vigilante, esbelta. Aldaron continuó caminando, ésta vez sólo y al llegar hasta ella, sus ramas bajaron hasta la tierra y pareció encogerse, dio un suspiro, algunas de sus hojas cayeron en los cabellos de Oromë y sus lágrimas mojaron sus pies, - Fangorn no será igual sin ti, dijo.

Dónde estarás mañana al nacimiento de sol, mientras la vida del bosque se paraliza esperando el canto de tu cuerno y los “no me olvides” sólo apunten hacia Válinor esperando algún día cantar tu regreso. Quién cuidará el bosque, quién nos amará, quién dará su vida por Fangorn, acaso no te das cuenta, Aldaron, domador de bestias, domador de nuestros corazones. Qué será de mí y de todos los seres del bosque cuando la dulzura y el calor de tu sonrisa se hayan ausentado y la misma tierra empiece a dañar las raíces. Qué será de Fangorn, Oromë, hijo de Eru, cuando tus manos no nos toquen y se abran con más ahínco nuestras heridas. Qué será de tu dama, Nimphredil, cuando al extrañarte empiece a imaginarte y su mente se pierda en los abismos de una tierra muy lejana.

Y qué será de mí, mellon?, contestó el valar. Yo que además de perder mi hogar estoy perdiendo a mi dama, qué será de mí, Fimbrethil, cuando la soledad de mi casa llene de lágrimas mis ojos y mi alegría se pierda en el más perfecto de los mundos y el canto de valaróma muestre tanta tristeza que los árboles oscurezcan y Manwë reclame su brillo.

Y el retoño de una flor de Simbelminë asomó entre las ramas de la ent y ella lo entregó a Oromë diciendo: UNA HIJA DE FANGORN, QUE VIVIRÁ EN VÁLINOR, tocando el rostro de Oromë. Y luego se levantó, y lució nuevamente esbelta y firme.

Así se despidieron, y regresó el valar hasta donde lo esperaban el ent y su caballo para continuar el camino, bordearon la colina y siguieron bosque adentro por un sendero marcado con una línea de árboles altos y hermosos, de hojas siempre otoñales. Luego de casi una hora de marcha, Ramaviva se detuvo y señaló con sus ramas un árbol realmente majestuoso, de tronco imperecedero y hojas verde plata, que se erguía en la mitad del camino, se inclinó ante Oromë y emprendió su camino de regreso.


Aldaron continuó y descubrió que estaba a orillas de una hermosa laguna rodeada de las más maravillosas flores de “no me olvides” y cubierta con la fresca sombra del árbol y a la que una de las raíces del árbol entraba por encima de la superficie y sobre la que se veían como pequeñas luces, el brillo de las hojas, como estrellas que la misma Varda ha puesto en el cielo. Y justo ahí, en la curva que describe la raíz que entra al agua, casi en el centro de la laguna, estaba ella, su dama, Nimphredil.
Aldaron avanzó unos pasos hasta la orilla, el reflejo de su figura en el agua era realmente hermoso, pero estaba muerto; sus ojos apuntaron al sol y tomando su cuerno con las dos manos empezó a soplar con delicadeza, el agua del estanque hirvió ante aquella melodía, el tiempo se detuvo para el resto de la tierra media y una extraña e inexplicable luz brotó del cuerpo del águila hasta quedar transformada en la hermosa Elfa que era; los cabellos, como flotando, caían sobre sus hombros y la magnífica figura desnuda de su cuerpo dejó al valar sin aliento.

Nimphredil bajó de la raíz y con gran melancolía caminó sobre las aguas hasta llegar a su amado y le acarició el rostro, Aldaron sintió como lo dominaba aquella mirada de su dama, así como había dominado la suya a muchas bestias, al principio de los días, y sintió como su alma se agitaba dentro de su cuerpo y la gracia que le había sido donada se derramaba y se perdía en el aire del bosque.

Nos amaremos siempre, - dijo ella, y lágrimas inundaron sus bellos ojos, su voz quebró y su delicado cuerpo se desplomó en los brazos de Oromë y durante unos instantes se consolaron, él la apretó contra su pecho y ella contra el suyo.

Luego Nimphredil se levantó, lo tomó de la mano y lo guió hasta una enramada bajo el árbol que tenía un lecho blando y fragante que ella misma había preparado, allí pasaron la noche. Ninguno de los dos, tuvo alguna vez palabra alguna que pudiese describir lo que sintieron en ese momento.

La mañana, empezaba a llegar y Aldaron preparaba su partida, Nimphredil lo observaba desde el árbol, preguntándose si volvería a verlo; las sombras empezaron a desaparecer y valaróma cantó el nacimiento del día, como lo había prometido.

Aquel amanecer fue realmente hermoso, la oscuridad se iba, dejando pintadas maravillosas figuras en el cielo, el más delicioso de los vientos de Manwë sopló en el bosque y todas la aves volaron al compás y su cantar llenó de alegría a los seres que escuchaban, los ents cantaron y los más vivos colores lucían en los pétalos de las flores.

Nimphredil se acercó mientras él aún soplaba su cuerno, su cuerpo jamás volvió a tocar la piel de su amado, tomo algunos de sus cabellos, los amarró alrededor del cuello de Aldaron y por última vez lo besó, sólo un intercambio de miradas y él se apeó en su caballo y finalmente emprendió su viaje de regreso a Válinor, en donde su corazón finalmente se llenó de paz; valaróma cantó todos y cada uno de los amaneceres de Fangorn.

Él nunca volvió su mirada, y ella lo observó hasta perderlo de vista, por primera vez la elfa sentía con horror, cómo la tierra húmeda se metía entre sus dedos. Un suave calor comenzó a recorrerle el cuerpo, lágrimas salían de sus ojos, sus manos temblaban y una gran desesperación y dolor le invadieron el corazón, hasta que finalmente calló de rodillas postrada en la tierra y su llanto fue escuchado por todos los habitantes del bosque, nunca hubo canto alguno que pudiera recoger aquel dolor infinito, aún Aldaron sintió aquel lamento como una daga larga que le atravesaba el corazón, y cuando ya parecía no haber consuelo alguno para ella, nuevamente su cuerpo se llenó de luz y volvió a ser la majestuosa águila que era.

Miró lentamente la parte del bosque que la rodeaba, bajó su pico hasta el suelo y acarició la tierra por unos instantes, luego levantó sus alas y de un solo impulso se levantó de la tierra y el viento que soplaron sus alas derramaron una gran desolación en esa parte del bosque y voló y voló durante algunos días; volvió y aunque su dolor jamás mitigó, su alma se llenó de resignación, y el resto de su vida fue tranquila, sólo se dedicó desde entonces a dar amor.

Y desde ese día, los seres que por algún extraño motivo, estuvieran algún día a orillas de aquel estanco, sentían una gran necesidad de amar, que los desnudaba ante cualquier muestra de cariño.

Comments on "La Partida De Aldaron!!!"

 

Blogger Antonio Lignan said ... (Thursday, March 16, 2006 9:10:00 PM) : 

Genial historia, asi si vale la pena que la gente se largue de la TOE XD

 

Blogger Aldaron said ... (Friday, March 17, 2006 4:53:00 PM) : 

Sip...quedó muy buena...

y se vé y se lee mucho mejor ya completa.

Muchas gracias, Eonwe.

Saludos,

 

Blogger Unknown said ... (Saturday, March 18, 2006 9:53:00 AM) : 

yo ya te había dicho mi comentario, que bien por esto.

 

post a comment